Quizá una cadencia se exilie
en mentiras desmoronadas,
más allá de la soledad sin rostro,
significando nostalgias de besos
y mares infinitos ante tus ojos
Blog de Nicolás Soto, escribidorzuelo de novena categoría y rockero venezolano de vieja data. Gracias por visitarnos.
Quizá una cadencia se exilie
en mentiras desmoronadas,
más allá de la soledad sin rostro,
significando nostalgias de besos
y mares infinitos ante tus ojos
Testigo seré de un universo y de una humareda
que nace en tu distancia,
es decir, en tu delicioso abolengo,
aun más, en tu abismo de cálidos rubíes,
hipótesis de sombras
perla de un dios indultado
silueta de mis quehaceres
eterna canción de azahares, violetas:
los portales que desembocan en nuestros besos.
Al margen del nácar entrañable,
desde todas las puertas que orillan en la
metáfora,
existe un libro que se exilia en tu mirada,
un evangelio de tu silueta,
una lectura de mi alma hacia la tuya.
Les feuilles mortes chantées par l’ancien troubadour
seront mêlées au fur et à mesure du feu de tes cheveux
et ta poitrine deviendra mon refuge
durant les nuits chaudes
parmi les grâces de ton corps éblouissant
Non, ce ne sera pas l’automne qui se retranche.
Où reste-elle la réponse de mes recherches
vers l’amour qui se cache derrière les fenêtres aveugles
et le vent qui n’emporte plus les feuilles moribondes
et toutes les chansons demeurant dans la corbeille de ta
poitrine
La india María Laya cabalgó un danto como La
Lionza.
El catire José Antonio vadeó un tapete de
caribes.
Emilio Arévalo Cedeño le pintó cotufas al
Benemérito
y los novillos y los tautacos se ahogaron en
sus cabañuelas.
El llano también llora por sus ecologías
desbarajustadas
en el abandono de lo que alguna vez fue
Venezuela.
Tea for two, coffee for us,
wrapping nightingales in the gale of the night,
absent beverage beneath forgotten worlds.
And you whispering,
moaning your iridescent desire
A frightening nowhere deploying crumbs of nothingness,
a conceived out of the blue request
and, sometimes, a proof of infatuation.
A pitch of the wildest poem
I could perform
in and around and inside you.
An exhibit of this passion
that you exert upon my twilight,
upon this world of mine orbiting around you.
I became your joyful planet.
je flâne parmi les manuscrits et les cendres
tout en essayant d’oublier ton ombre floue
mais, hélas !, ta voix et ta douceur
me parviennent comme un vent léger
de bouquins (des pages anciennes)
Crónicas del Olvido
“GRIS”, NOVELA DE NICOLÁS SOTO
**Alberto Hernández**
“La poesía nació con la ciudad…Entonces, la ciudad era solo el sueño del
monte”.
**Luis Pastori**
“En esta ciudad que un día fue asiento/ de árboles ríos y sosiego
/ el polvo le disputa al hombre/ la posesión del aire”.
**Beatriz Mendoza Sagarzazu**
1.-
“Confusion / Will be my epitaph”, de King Crimson, así cierra “Gris”,
novela del escritor venezolano, nacido en Valle de la Pascua, estado Guárico,
Nicolás Soto. El epitafio, la nota sobre la lápida que podría identificar al
dueño de la tumba, contiene todo un ensamblaje cuya tensión conduce al lector a
ser testigo de eventos que “ocurrieron” y que ahora son parte de una ficción.
Pero la ficción suele convertirse en realidad si quien lee la pieza literaria
se hace de la memoria para intentar ubicarse en el sitio donde “sucedieron” los
hechos.
Esta novela ´celebra´ la porción de una época que aún es parte visible
en muchos venezolanos de los años 60, 70, 80 y más…Es decir, esta novela fue
escrita con los retazos de acontecimientos en los que el narrador también fue
testigo o protagonista mientras su omnisciencia revela el embargo de lo que
podría denominarse como el ensueño de la memoria compartida.
Escrita con el tono de una tragicomedia (el lenguaje avisa de esta
afirmación), “Gris” descubre el lado opaco de tantos eventos suscitados tanto
en la geografía imaginada como en la que los personajes o actantes llevan sobre
sus hombros como sujetos reales. Se trata de la biografía de una población, de
la historia personalizada de quienes se construyeron y destruyeron promovidos
por registros verídicos que nuestra historia nacional muchas veces ha eludido.
Esta novela de Soto recupera la memoria de esos actos que si se juntan arman el
rompecabezas de la Venezuela que hemos dejado en el pasado reciente.
Nuestra Señora Narda de Miguaque es una ciudad real, tanto que se
convierte en ficción. Es la mentira de las verdades que muchas veces alude
Vargas Llosa. Nuestro autor no está lejos de haber estado en la Santa María de
Juan Carlos Onetti, en la Comala de Juan Rulfo o en la Macondo de García
Márquez.
Nicolás Soto ha ´inventado´ una topografía y ha puesto en acción a unos
personajes que se ajustan a los remedos de la historia de aquellos años
violentos, campesinos por lo que tenían de rural, recreativos por la
rimbaudiana majestad de la utopía de la eterna juventud, trágica por la
presencia de la muerte como venganza. Todo un cuadro que retrata aquella Nación
que aún respira en nuestros oídos como la posible verdad de una democracia que
terminó hundida en la corrupción y la inepcia.
El autor ha vaciado en una pequeña ciudad llanera, la de sus recuerdos,
los acontecimientos que han sido vividos mientras eran leídos, conocidos,
“constatados”, por los que se asomaron a sus líneas.
La ficción es un juego de abalorios, pero muchas veces son elementos
distractores que desaparecen para dar paso a una ficción controvertible. Son
referentes que se posesionan de la imaginación del que escribe. El narrador se
recoge en su salsa: sabe que está imbuido en esa realidad. Y poseído por las
tentaciones que el relato mismo contiene. Sabe que él es esa ´realidad´, razón
por la cual la hace ficción para que el lector se fascine, lo que logra. Su
acierto consiste en mantener alerta al que lee, al que se sobresalta, al que se
tensa durante, sí, durante algunos episodios donde el mismo lector se siente
protagonista porque se sabe parte de una época que vivió o porque conoce la
geografía donde se dieron o se crearon las acciones y sus personajes.
La afiebrada inteligencia de Soto lo lleva a escribir una novela que
atrapa, que no deja momento para desviarse de la nerviosa intensidad del
narrador, pero sobre todo la del lector (todo lector es una víctima de su
placer) que imagina, revisa, sonríe, se crispa. Va y viene en medio de tantos
asuntos que forman parte de esta historia –o historias- que confluyen en una
sola: el país que nos ha tocado vivir.
2.-
La ciudad que alberga a los actantes es testigo de las búsquedas de un
grupo de jóvenes con muchas aspiraciones que luego se ven derrotadas. Muchachos
que hacen música desde la moda, desde la alegría desbordada de las guitarras y
baterías que durante los años 60 y 70 abundaron en patios y escuelas del país.
No era una excepción aquella comarca llanera que recreó nuestro autor.
Seguidores de Los Beatles, de los Rolling Stones, de Los Monkees, de Janis
Joplin, las agrupaciones criollas como Los Darts, Los Supersónicos, etc.,
concibieron el limitado mundo de las calles del pueblo donde el poder económico
y la Iglesia aún eran el corsé que comandaba la vida cotidiana de las familias
más conservadoras.
La llegada de la droga a la ciudad cambió el rumbo. Pero también la
llegada de los revoltosos de aquella izquierda romántica que se convirtió en
pocas horas en una violenta guerrilla urbana que acabó con todos los sueños. La
muerte, la cárcel, la ruina moral y material fueron los aderezos de ese cambio
de ruta.
Soto cuenta estos eventos con un lenguaje directo, muchas veces adobado
con expresiones locales: irónico y a través del manejo de un humor negro propio
de quien con desparpajo sabe navegar en aguas encontradas, toda vez que se
trata de personajes donde las contradicciones juegan papel determinante.
3.-
Nicolás Soto se presenta como un narrador suelto, resuelto y desenvuelto.
Sabe unir las anécdotas y hasta las funde en una suerte de collage para darle
más agilidad a la lectura.
Desde las toponimias trucadas nuestro autor acusa cercanía con la
realidad geopolítica de una región donde el narrador a veces asume el mismo discurso
de los personajes. Vale decir que el narrador, especie de narratiario, se
convoca, se cuela en algunas de las acciones para darle más solidez a lo que
está contando.
PREGUNTAS AL DESGAIRE:
¿Qué tan cerca toca, roza la ficción cuando se ha creído haber sido
parte de su realidad? La ficción se alimenta de eventos verosímiles. Se infla
con las ´verdades´ que la ´mentira´ invoca.
¿Cuánto de realidad llevamos –aquí el plural mayestático se hace
necesario- en su ficción en una novela como sustento de la memoria? El lector
cree haber vivido estos eventos. Sujeto vívido a quien la memoria le ajusta
cuentas.
Estas interrogantes se desplazan por las páginas de “Gris”, la novela de
Nicolás Soto, quien se descubre desde un nosotros individualizado a través de
capítulos protagonizados por actantes que pudieron ser sus contemporáneos,
convertidos en sujetos de ficción como parte de su existencia.
El lector, repite este cronista, podría afirmar: “Yo estuve allí. Yo
viví esa historia. Yo soy parte de ese libro”. Y de esta manera el mismo lector
se funde con las tramas en ese tremedal donde lo más revelador es la tensión
lograda por el autor.
La confusión sigue siendo nuestro sino.
https://www.autoreseditores.com/libro/16930/nicolas-soto/gris.html
https://www.autoreseditores.com/libro/16930/nicolas-soto/gris.html
¿Sexo, drogas y rock
and roll?
Sí. Gris es
una novela que escudriña el alma de sus protagonistas al tamiz de un inesperado
entorno vital, en tiempos signados por la violencia, la hipocresía y el
idealismo desmesurado de unos jóvenes que descubren el amor, la soledad y la
muerte.
Escrita con un lenguaje que fluye como un torrente que
se va haciendo más y más trepidante, hasta desembocar en un clímax donde se
desencadenan inauditas borrascas, odios y enfrentamientos, donde nada es lo que
parecía ser y donde… ¿sucumben las redenciones?
Todo ello en medio de la música arrebatadora, la
liberación sexual y el espejismo alucinógeno que signó a una generación y cuya
pleamar aun azota nuestros litorales existenciales. Gris es, a todas luces, un relato apasionante.
El descreído Sojito, la rebelde María Enriqueta, el
impulsivo Pedrarias, la sensual devoradora de hombres Elena, el bestial
Livorini… Personajes fascinantes en una
novela que te atrapará.
https://www.eastwebside.com/sexo-drogas-y-rock-and-roll-en-una-novela-de-nicolas-soto.html
Nadie
en su cabal juicio se habría imaginado que los albores del nuevo siglo nos
depararían un azote semejante a las pestilencias bubónicas y coléricas de
otrora. No han faltado conjeturas maximalistas y conspirativas. A falta de
judíos, chinos. A falta de brujas, microrganismos que no se sabe si de verdad viven
o sobrenadan en los confines de lo inerte, pero que matan con una guadaña
incorpórea. Y, en el ínterin, la vacuna que no llega.
Menester
es, pues, distanciarse, aislarse, refugiarse. Pero ello conlleva ocio y
soledad, amén de disrupción en las rutinas y en las economías. ¿Cómo no
arredrarse ante tal perspectiva?
Agucemos,
por consiguiente, el intelecto para hacer de esta crisis una oportunidad,
aconsejan los pundits (como dicen los
anglosajones). Producir es la consigna y para ello aprovechemos las ventajas de
las nuevas tecnologías, asegurando mayores
ingresos mediante el télétravail, y
perdónennos el galicismo.
Comencemos
con el autodiagnóstico. ¿Para qué servimos? ¿Cuáles son nuestras fortalezas
productivas? ¿Qué podemos ofrecer al prójimo que suscite su interés en nuestros
productos o servicios? ¿Cuáles tribunas podemos usufructuar para irradiar
nuestro mensaje? ¿Cómo resaltar nuestro ofrecimiento exaltando la atención de
nuestro público potencial?
Estas
interrogantes debemos elucidarlas au fur
et à mésure que desplegamos nuestra estrategia en los retadores campos del
ciberespacio. Esta competencia se ha intensificado en los últimos tiempos por
la pandemia, lo que redunda en una verdadera cacofonía de oferta y demanda en
la red.
En el
caso que nos ocupa, a través de plataformas como influenet.com, ofertamos
nuestros servicios de redacción creativa a aquellos anunciantes, empresas y
personas que precisen divulgar las bondades de sus mercaderías o servicios de
una manera concisa, comprensible y eficaz. El
medio es el mensaje, solía afirmar eruditamente Marshall McLuhan.
Y
finalizamos con la tautología de rigor: The
costumer is always right!
Sometimes I crawl throughout the anonymous forests
breathing the stones and the crosses
carefully, thoughtfully, uncannily,
and the sound of the perfume roaming your skin
carries me behind your eyelashes
until we rest our bodies and our case
shimmering, trembling, sweet cherished woman
with your nakedness in the wilderness
and my love and my desire becoming you
Le coffre en velours se cache dans ton cœur.
Je le détourne en face du vent
tout en cherchant l’haleine qui tourbillonne
mon âme : c’est ton algèbre d’amour
qui remplisse mes flocons de désire
et ainsi tu verras mes lumières emmitouflées.
Mais, d’où vient le vent qui nous remporte
des rêves insouciants qui s’en vont
tout en riant, tout en jouissant
auprès de ton corps, comme une laine entourée
de verts et de verses, poèmes de cendres,
images et paysages de ta beauté, chère femme.
Et aussi ton regard qui s’éloigne
vers les phosphates et les incarnations
tandis que moi, je tressaillis comme un martyr enseveli
car ils me manquent tes baisers d’amande
et je continue de mourir pour toutes les éternités
sans toi, sans ton allure de sainte
et ta fougue et ta charité.
Confundidos y permeados por la luz de los cisnes,
brillando en las antesalas del espíritu y meciéndonos
cuando el mar nos acaricia,
tus labios son fronda alegre
y el tiempo se detiene en el terciopelo
de tus ojos inmensos
como el cielo de mis tiempos,
mujer, musa, música, niñez, niña…
https://www.autoreseditores.com/libro/16930/nicolas-soto/gris.html
¿Sexo, drogas y rock and roll?
Sí. Gris es
una novela que escudriña el alma de sus protagonistas al tamiz de un inesperado
entorno vital, en tiempos signados por la violencia, la hipocresía y el
idealismo desmesurado de unos jóvenes que descubren el amor, la soledad y la
muerte.
Escrita con un lenguaje que fluye como un torrente que
se va haciendo más y más trepidante, hasta desembocar en un clímax donde se
desencadenan inauditas borrascas, odios y enfrentamientos, donde nada es lo que
parecía ser y donde… ¿sucumben las redenciones?
Todo ello en medio de la música arrebatadora, la
liberación sexual y el espejismo alucinógeno que signó a una generación y cuya
pleamar aun azota nuestros litorales existenciales. Gris es, a todas luces, un relato apasionante.
El descreído Sojito, la rebelde María Enriqueta, el
impulsivo Pedrarias, la sensual devoradora de hombres Elena, el bestial
Livorini…
Venezolano (Valle de La Pascua, Guárico, 1954).
Su obra literaria abarca novela, ensayo, guiones, poesía e
innumerables artículos versando sobre disímiles temas (política, ciencia,
economía, arte) que confieren a su autor un carácter verdaderamente
renacentista.
Ha incursionado en medios (radio, TV, prensa escrita) y ha
formado de unas cuantas bandas de rock y pop como guitarrista y bajista (pobres
oídos los de su audiencia).
Buena parte de su obra puede ser atisbada en su blog
http://nnss1954.blogspot.com.
Quietly veiled under those sparkling garments
among secret curls and silent tissues
your Venus silhouette and embroidered body yield like widening yells,
glittering my mounting desires,
your drumming eyelashes and praying slender legs.
Again, my desire for you.
Once more, my longing for you, woman, beauty, goddess.
De
nuevo las aves delatan vértigos
mientras
el tiempo te arropa
con
espinas y certezas.
Pero
no, eres rosal, eres cereza, eres hermosura,
y al
fin te encontré,
sin
exilios, sin ideologías, sin religiones,
añorando mis palabras, tu azul, nuestros ritos.
Beneath the uplifting
levity of your eyelashes
there is a residence on
earth (oh, Neruda!)
for the troubled souls
misspelled by ancient love,
love that survives,
endures, thrives,
gazing at our embrace under
the starry cosmos
our kisses filled with
nurtured sighs and whispers.
Between regions of
everlasting pleasure,
vessels of delicacies,
passengers of gourmandise.
We, divinely entangled by
love and endearment,
an everlasting feeling of
joy
Before you grab the tender levity of endearment,
let’s bathe our kindred poems
in the purloined sorrow
of forgotten suns,
and let’s pray on abandoned knees
for the love that is being born between us
in spite of a blurred distance through these
nights.