Confundidos y permeados por la luz de los cisnes,
brillando en las antesalas del espíritu y meciéndonos
cuando el mar nos acaricia,
tus labios son fronda alegre
y el tiempo se detiene en el terciopelo
de tus ojos inmensos
como el cielo de mis tiempos,
mujer, musa, música, niñez, niña…
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