miércoles, 28 de diciembre de 2022

Mundos imperceptibles


 

 

La belleza insistente de tu desnudez en la sabana de la sábana

(Goya y su maja en ese caldero venéreo).

La seducción infinita de tus pezones endurecidos

(Ludwig Van y su sonata, amada inmortal).

La resplandeciente violencia de las humedades en tu vulva

(pinceladas narcolépticas, suculenta Teresa de La P.).

Tus gemidos gregorianos

(para ti se escurren mis boleros aliñados con acordes de Jazz).

Nuestros cuerpos enlazados.

Los “te amo” de nuestra batalla gentil (¿gigante?).

El mundo se nos volvió imperceptible, baby.



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