La
llovizna tenue
me amarra
a tu silueta preciosa,
crisálida
exquisita.
Tu
voz puntual
me realza
corredores de ámbar:
“No
te creía tan apasionado,
tú,
tan bromista,
tú,
tan dicharachero,
tú,
tan informal…
y escribes
esas cosas
tan
azules y tan hechiceras”.
Porque
esos vocablos
son
mi sed por tus besos.
Porque
el idioma de mi pasión por ti
es
mi norte.
Porque
el espíritu de nuestro amor
transcurre
entre
candelabros
de
gloria
y
duraznos
íntimos.
Que
así sea entre tú y yo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario