Tu
belleza es el frenesí de lo absoluto,
lo
perceptible en mis versículos urgentes
sin biblias, sin vedas, sin coranes,
porque mi religión
despliega tu nombre.
Diosa
coronada en eras sin cólera,
perfume de mujer sin ciegos descreídos,
llevada y retornada a mí por el viento
escarlata.
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