miércoles, 14 de abril de 2010

Palabras pronunciadas por Luisana en acto homenaje a Ana Mercedes, UCV, Facultad de Farmacia, 15 abril 2010

Ana Mercedes Soto Arbeláez (12 marzo 1938 - 20 octubre 2009)


De izq. a der., Arturo José Soto Arbeláez, Ana Arbeláez de Soto, Nicolás Soto Martínez y Ana Mercedes Soto, el día de su graduación de bachiller (1957)


Señoras y señores:

Recibimos con suma emoción y agradecimiento este homenaje a quien en vida se llamara Ana Mercedes Soto.

La Universidad Central de Venezuela ha tenido en ella un ejemplo preclaro del ideal que dinamiza esta casa que vence las sombras: amor, entrega y devoción por la causa educativa.

Ana Mercedes Soto le debió todo a la UCV. Desde sus días de estudiante, como orientadora, docente y profesional jubilada, esta casa de estudios fue objeto de sus desvelos y de su pasión de educadora a cuerpo completo. Ana Mercedes Soto asumió para sí el concepto de Alma Mater: la universidad no debe ser sólo una fábrica de diplomados asépticos y alejados del entorno humano. La universidad, tal como lo ha reflejado la UCV a lo largo de su historia, es un crisol de ideas, de ciencia y de cultura; es una forja de seres humanos incansables en el estudio y en la solidaridad con sus semejantes; es un faro irradiador de sensibilidad, tolerancia y saber en todos los órdenes; es un haz de luz bienhechora y, a la vez, es un terrible adversario de la ignorancia, de la barbarie y de esos integrismos autoproclamados como salvadores del mundo cuando, en realidad, sólo producen miseria y esclavitud.

Al decir de un pensador muy cercano a nosotros, “los valores morales no provienen del Mundo o de la realidad natural sino del Espíritu, pero éste no puede producirlos caprichosamente, sino en una profunda imbricación con el Mundo”.

Precisamente, en este orbe ucevista, Ana Mercedes Soto encontró esa conexión de la espiritualidad más acendrada con las circunstancias más axiomáticas de nuestra condición humana y, aún más, con nuestra venezolanidad más acuciante. Y, a partir de allí, Ana Mercedes Soto, transmitió a sus orientados y alumnos la semilla del compromiso y del apego con esta Tierra de Gracia nuestra, que nos exige, nos demanda y nos apremia a ser cada día mejores, más productores y productivos, más creadores y creativos. Amar a nuestra UCV es amar a Venezuela.

Ana Mercedes Soto amó profundamente a la Universidad Central de Venezuela.

Ana Mercedes Soto amó profundamente a Venezuela.

Muchísimas gracias a todos ustedes.

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