- ¿De quién es esa chivita que me "rajuña" tan sabrosito, mi presidiente? - ¿Y de quién es esa verruguita con sabor a maletincito, mi presidienta?
Lo que sigue es un mail que anda circulando por ahí. La Nota Bene es de mi autoría. Ahí les va...
¿Presidente o presidenta?
En castellano existen los participios activos como derivados verbales:
El participio activo del verbo atacar, es atacante.
El de sufrir, es sufriente.
El de cantar, es cantante.
El de existir, existente.
¿Cuál es el participio activo del verbo ser? El participio activo del verbo ser, es 'el ente'. El que es, es el ente. Tiene entidad. Por ese motivo, cuando queremos nombrar a la persona que denota capacidad de ejercer la acción que expresa el verbo, se le agrega al final ' ente'. Por lo tanto, la persona que preside, se le dice presidente, no presidenta, independiente del sexo que esa persona tenga. Se dice capilla ardiente, no ardienta. Se dice estudiante, no estudianta.
Se dice adolescente, no adolescenta. Se dice paciente, no pacienta.
La Sra. Cristina Fernández de Kirchner no sólo hace un mal uso del lenguaje por motivos ideológicos, sino por ignorancia de la gramática de la lengua castellana.Pasemos el mensaje a todos nuestros conocidos argentinos con la esperanza que el mismo llegue finalmente a la Casa Rosada, para que de una vez termine de corregir a todas las personas que, correctamente, la llaman Presidente.
Mal ejemplo:
La pacienta era una estudianta adolescenta sufrienta, representanta e integranta independienta de las cantantas y también atacanta, y la velaron en la capilla ardienta existenta. Qué mal suena ahora Presidenta... no? Es siempre bueno aprender de qué y cómo estamos hablando.
Nota Bene: Esta acotación viene como anillo al dedo con respecto al bodrio constitucional que nos ha remachado la actual dictadura venezolana. Por estarse adecuando a la corriente "políticamente correcta", el citado esperpento leguleyérico abunda en términos redundantes para ambos géneros (por no hablar de faltas de ortografía y de sintaxis, propias de cagatintas piratas). Exagerando un tanto la nota, no sería de extrañar que aparecieran en ese pasticho hermenéutico términos como "hipócritas e hipócritos", "idiotas e idiotos", "adolescentos y adolescentas", y así por el estilo.
Si se sostiene al principio de que no se admiten discriminaciones por género, raza, religión, status socioeconómico, preferencias sexuales, etc., bastaría con utilizar el genérico correspondiente en cada aspecto legal. Si hablamos de ciudadanos, por ejemplo, se sobreentenderá que podrán ser mujeres, hombres, negros, blancos, aborígenes, etc. Si hablamos del conjunto de los individuos, no habrá que decir "los individuos y las individuas", "la ciudadanía y el ciudadanío", "los indígenos y las indígenas", "los afrodescendientos y las afrodescendientas", valga el caso.
Esta es otra muestra más de la piratería conceptual, profesional y vital de los extremistas (de derecha o izquierda) que, por disparates de la historia humana, llegan a hacerse del poder en países y sociedades reputadas, hasta ese entonces, con algo de seriedad, tal como aconteció en Alemania e Italia con el fascismo de derecha, y como lo sufrimos actualmente en Venezuela con el fascismo de izquierda.
He dicho, panitas y panitos.