La doncellez de Yuleidys Ramona en peligro de matarile. ¡Aprieten esas longas!
Los málvados de este culebrón chupan más sangre que un vámpiro.
Puye aquí abajo y oído al tambor.
El Bachiche de tu amor
CAP IV
(acordes tensos)
NARRADOR: El falso perrocalentero Yoyo ha secuestrado a la dulce y virginal Yuleidys Ramona ... La malvada y sensual Tara-Ántula (silbidos) espera a su compinche con el carro encendido, dispuesta a arrancar de una vez con su preciosa carga ... El muchacho de la partida, el galán y buenmozo Róbinson Baldomero ha presenciado el incidente y corre presuroso el rescate de su amada ...
(fondo: pasos de trote)
RÓBINSON (acezando): Cristo Redentor, debo correr como si me agobiara un hedor,, antes que esos pícaros enciendan el motor, y me dejen a la cañona, sin la dueña de mi amor, la dulce Yuleidys Ramona ...
(fondo: trotes + obertura Guillermo Tell de Rossini)
NARRADOR: Róbinson Baldomero le pone la sobremarcha ... Sus alpargatas con plataforma parecen no tocar el piso ... Yoyo se percibe de la situación y apura el paso, llevando a cuestas a la desmayada Yuleidys Ramona.
(fondo: trotes + obertura)
YOYO (acezando): ¡¡Paticas pa´qué te tengo!! Allá viene como una tromba, el novio de ésta, ¡zambomba! Mejor y yo me detengo, la arrojo como una bomba, huyo y más nunca vengo, apuro el paso parejo, y salvo yo mi pellejo...¡¡Qué mollejo!!
NARRADOR: La pérfida y despampanante Tara Ántula (silbidos) se percata de la situación y, ni corta ni perezosa, arranca el vehículo picando cauchos y levantando más polvo que un arreo de burros persiguiendo una pollina por la sabana ...
(fondo: auto arrancando y picando cauchos)
NARRADOR: Maniobrando el vehículo con pericia de Cecotto echando piques y desplazándose con velocidad de taxista bregando una carrerita, la maléfica de nuestra historia le frena en la patica al atolondrado Yoyo...
(fondo: frenazo brusco y portazo)
TARA (apremiante): Apresúrate, cabeza de Chirimoyo, suelta a esa desmayada ahí, y arranca rápido de aquí, que yo soluciono este rollo, espérame en el convenido escondite, procura hacerme bien el quite y no vayas a meter la pata, bemba de Mapurite ...
YOYO: Tus deseos son órdenes mi coronela... Parto raudo y veloz, luego de este secuestro atroz, antes que me descargues con tu muela, tarántula de Venezuela...
TARA: Mientras tú la escondes bien segura, a esta Yuleidys que se las da de pura, yo voy a sonsacar con mi prestancia, al galán que ah se aproxima con elegancia... Menos mal que hoy no hubo riego, y Róbinson Baldomero se ha quedado ciego, por causa de la polvadera descomunal, que ha levantado este berenjenal... Arranca ya, compinche banal.
(fondo: acordes tensos + arrancada)
NARRADOR: Es cierto... Todo el tierrero de la arrancada del vehículo le ha caído al muchacho de esta radio-culebra en la carátula dejándolo momentáneamente con los ojos llenos de polvo... Róbinson Baldomero se detiene, desorientado e impotente...
RÓBINSON: (escupiendo): Dios mío, no puede ser...No veo ni a un danto ... ¿Qué voy a hacer mientras tanto?... Tengo tanta tierra en los ojales que creo que me voy a desatar en llanto... Y ese infame ha raptado a mi amada y yo aquí, todo taranto, con un poco de cerote que me cubre como un manto.
( acordes de expectativa)
NARRADOR: La sexi-satánica Tara Ántula (silbidos) se aproxima, sigilosa cual mapanare bizca, al atontado Róbinson Baldomero...
TARA: Ahí está el enamorado de la glotona Yuleidys Ramona... Mmmm, pero viéndolo bien, el tipo es todo un mango... Lo voy a convidar a bailar el tango, porque tango el presentimiento que, sin mucho miramiento, lograré sonsacarlo y así le daré a Chicuaco un escarmiento, para qué sepa que no es el único que ocupa mi pensamiento. Además, lo declaro sin mucho empacho, no le vendrá mal un cacho... Lo digo yo, que me doy el vuelto y me despacho...
(acordes sexy)
NARRADOR: La mala de esta historia ya se encuentra al lado del enceguecido Róbinson Baldomero. Con aviesa y provocativa intención, desliza sus manos suavemente por el body de lycra que cubre sus provocativas formas... Humedece sus labios y entorna las pestañas. Es una víbora presta al ataque... Mientras Róbinson Baldomero procura limpiar sus ojos, Tara ya está muy, pero muy cerca de él, incitante, provocativa voluptuosa, apetecible cual fruta prohibida...
RÓBINSON (insinuante): ¿Qué te sucede, Róbinson Baldomero? ¿Acaso la Guerra de las Minitecas te dejó en el esterero? ¿O será, más bien, que tu enamorada cogió la trilla y te echó en la cara un tierrero?
RÓBINSON (confuso): No ha sido la Guerra de Minitecas la causa de mi desazón, pues nuevamente en buena lid he quedado campeón... Es que mi chica desapareció, víctima de un aparecido, que mientras yo socorría al Chicuaco herido, ha secuestrado a yuleidys a quien yo amo.
TARA (viperina): ¿Seguro que fue un secuestro? No hay que ser un maestro, para darse cuenta de un gesto, que ese muchacha ha tirado el cesto, tu amor que le supo a macarrón al pesto, y es bien probable que ahora un rival ocupe su puesto, hace diez minutos, por supuesto... Te lo aseguro yo, diciéndote como en el dominó: Paso, gano y me acuesto y si me sale la cochina, a la mesa la zumbo y ahí queda esto...
RÓBINSON: Ni que tuvieras un negocio de vender puro repuesto, me niego a creer que mi amada haya huido con otro muchacho...
TARA. No eres el primero a quien le han puesto cacho.
RÓBINSON: Pero no mi Yuleidys, caracho...
TARA: No discutamos más, boquita de gazpacho...Ven conmigo a mi cabaña y allí te limpiaré, con mucho esmero, ese pocotón de lagañas, comiéndonos una lasaña, y vacilándonos en el VHS una película de hazañas, mi fortachón del estero, viril Róbinson Baldomero...
RÓBINSON: No, no... Debo localizar a mi amada...
TARA: Desde allí podrás hacer una llamada... Además, creo saber adónde se dirige en este momento...
RÓBINSON: Dímelo ya... ¿no ves que no saberlo es un tormento?... El que la secuestró, ¿quién es ese elemento?
TARA (sigilina): Todo a su debido momento... Pronto tendrás conocimiento de este cocimiento que lleva papa, cilantro y pimiento... Ven conmigo, ingenuo ceniciento, y te aseguro que disfrutarás más que un muchacho con un billete de 500.
(acordes tensos)
NARRADOR: Desaprensivo y confuso, Róbinson Baldomero se deja conducir por la artera y súper-sensual Tara-Ántula (silbidos) quien, a no dudar, lo lleva a una trampa mortal, a una mortífera telaraña donde jugará con él a placer, para luego devorárselo en un dos por tres, como si fuera un bistec de lomito con papas fritas y ensalada... A todas estas, Chicuaco Margarito todavía atolondrado por el porrazo recibido, ha observado a su traicionera enamorada, marcharse con Róbinson tomados de la mano... Resintiendo los cuernos, el pérfido Chicuaco Margarito, exclama:
CHICUACO: ¡¡Ah malhaya una carabina!! Ahí va mi novia fina con ese simplicio a quien ojalá se lo trague un precipicio... Pero esto no se queda así... Voy a seguirlos, montado en este velocípedo, muy apropiado para un chicuaco palmípedo, y cuando se dispongan al sabor, yo –sin mucho sopor- les dispararé con esta china asesina que trabaja con rayos láser... Así me los tiro a los dos, en un toma y dame, mansitos y en caldo´e ñame... Para que respeten al rey de la miniteca y de todas ellas papaíto, el poderoso Chicuaco Margarito... Ja, ja, ja.
NARRADOR: Ávido de venganza, el reptil de Chicuaco Margarito sigue con disimulo a su novia y a Róbinson Baldomero, aguardando el momento propicio para tenderles una emboscada... Mientras, tanto Yoyo ha llegado al escondite y ha amarrado a la inocente Yuleidys Ramona al potro de los tormentos. Nuestra heroína comienza a recobrar el conocimiento...
YULEIDYS: Oh cielos, ¿dónde estoy? ¿Qué me pasa? ¿Por qué no puedo moverme? ¿Quién es usted, señor? ¿Por qué me mira de esa forma, como perro rabo´e cabuya viendo un salchichón? No se me acerque más... No me toque... No me toque, no, no, no, no, noooooo... ¿Qué me va hacer? No,no,no...(grito agudo)
NARRADOR: ¿Quién ataca a Yuleidys Ramona? ¿Será acaso algún pérfido violador? ¿Será un buhonero gozón? ¿Quién es ese sádico que piensa robarle la doncellez a nuestra heroína? ¿Y Róbinson Baldomero? ¿Cederá a la tentación de la sexi-diabólica Tara-Ántula? ¿O caerá víctima de un pepazo con la china láser del malévolo Chicuaco Margarito? ¿Qué será bueno para un chinazo en la mera torre? ¿Por qué los malos de esta radio-culebra son tan malucos?
Éstas y otras preguntas serán respondidas en el próximo capítulo de este drama que tiene a toda Venezuela comiéndose las uñas hasta las cutículas y que ya está provocando trancas de tránsito y trancas de dominó de sesenta puntos (de sutura)...
EL BACHICHE DE TU AMOR
Presentado a ustedes por Raygón, el insecticida que ha puesto a todo el mundo a echar flit (y nosotros nos vamos todos a echar flit porque qué-va-ó).
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