Escribe el pana "Chirrío":
Este programa contiene elementos de lenguaje, salud, sexo y violencia que no pueden ser presenciados por niños y adolescentes, ni adultos de la categoría antes descrita.
Dos canciones de uno de los jurados del "Montarascales Áidol".
El Rastrillo:
http://www.goear.com/files/sst5/mp3files/08022009/7779341bb835f432aa38966488002234.mp3
El Hombre Del Palo:http://www.youtube.com/watch?v=v8_292pAqes
Enjoy!
Escribo yo:
Dos canciones de uno de los jurados del "Montarascales Áidol".
El Rastrillo:
http://www.goear.com/files/sst5/mp3files/08022009/7779341bb835f432aa38966488002234.mp3
El Hombre Del Palo:http://www.youtube.com/watch?v=v8_292pAqes
Enjoy!
Escribo yo:
¿Será signo de estas eras el uso (y abuso) de la vulgata vúlgaris para compensar un tanto la carencia de calidad y talento?
Ojo, no soy ni pretendo ser púdico, ni pacato, ni mucho menos "hediondito". Pero en tiempos de decadencia, parafraseando a José Rafael Pocaterra, cuando los caporales irrumpen "de repente con Estebita" en las sabanas mediáticas rebuznando su coprolalia y su lenguaje de burdel, el escozor producido por el joropo chatarra comienza a resultar perceptible.
Tiempos éstos, por cierto, en los que el comediante más afamado de la república "bolivariana" resulta ser un "musipanero" cuyo principal repertorio es una sarta de chistes adobados de vulgaridades sin ton ni son, risibles para quienes les celebran sus cuchufletas a un hazmerreír que no sólo es lamentable y patético, sino que, además, por si fuera poco, ha fungido de caballo de Troya de la dictadura al prestar su nombre como candidato en varios fraudes electorales, el último de ellos en Anzoátegui (y hasta pretendió erigirse candidato presidencial). ¡Húndete en la cueva'er guácharo con tu ordinariez, payaso mediocre!
Aquí, primo, templando esta camoruca
Alguna vez, por ejemplo, llegué a soltar la risotada espontánea al escuchar a Santiago Rojas canturreando las vicisitudes de una viuda con rial y unas cuantas vacas parías evadiendo a los comemuslos atenidos que ansiaban levantársela. Pero cuando oí, gracias a un taxista en San Juan de Los Morros, estado Aragua, (sí, señores, estado Aragua) su canto pedestre, rastacuero y jalabolil ensalzando la supuesta hazaña del tiranuelo el 11 abril 2002, comprendí que el carente de talento, el huérfano de profundidad conceptual, musical, artística, profesional or whatever debía refugiarse per se bajo los alerones del pirata mayor, el raspado en el curso de estado mayor. Y para hacerlo con creces y alevosía, qué mejor señuelo que la vulgaridad barata y fofa.
Algo semejante sucedió cuando Pérez Jiménez. Recuerdo haber escuchado de muy niño una tonadilla muy de moda, por ese entonces, que decía algo así como
Coronel Marcos Pérez Jiménez
presidente constitucional
elegido por el pueblo
en comicio nacional
Afortunadamente, el advenimiento de la democracia trajo aparejado una verdadera edad de oro de la música venezolana. En los años sesenta, hagan memoria quienes tienen suficiente edad, resultaba dificilísimo escuchar en el propio llano a cualquier cantamaluco. ¿Por qué? Porque no podían competir con Torrealba, con el Tío Simón, con Chelique quien pegó a escala global su "Ansiedad", con Hugo Blanco ídem con su "Moliendo café", con el maestro Aldemaro. Ni siquiera con Lila Morillo, ¡válgame Dios!
Cada época y cada situación política, económica, social y cultural produce su sello distintivo en las artes, las ciencias, el estudio y el pensamiento. ¿Qué quedó, en ese aspecto, del fascismo mussoliniano? Niente, nulla. ¿Qué nos dejó en ese particular el nazismo hitleriano? Zilch! ¿Y el comunismo soviético? Nanay nanay (no sé cómo se dice "nada" en ruso). ¿Qué nos está dejando la satrapía castrista? ¿Los lamentos patéticos, pavosos y seudo poéticos de Silvio Milanés? ¡Puagh! ¿Y la actual sinvergüenzura venezolana? ¿Vugaridades de cantamaluco, el "realismo" neosocialisto de Román Chalbaud, la claudicación de Pérez Rossi el de Serenata Guayanesa cantándole a la octava estrella de la bandera chavetona, los versos desabridos del poeta Palomares? ¡Pocaterra, despierta de tu tumba para que denuncies esta decadencia del siglo XXI!
No todo es malo. Sé de incontables creadores e investigadores que no se amilanan y continúan escribiendo, pintando, componiendo, escudriñando la materia con microscopios y aceleradores de partículas, filosofando con lápiz y papel. Sólo aguardan el nuevo amanecer de una Venezuela revigorizada y redemocratizada para irrumpir con ínfulas de optimismo, de creación y creatividad, de producción y productividad, para colocarnos de nuevo en la mira de la fecundidad bienhechora.
Llanerita marmoleña, ojos de culebra brava
Mientras tanto, este escribidorzuelo, a la par que barrunta estas disquisiciones afiebradas, intenta ahogar el bachiche que llega desde el exterior y que todo lo penetra (reguetón, vallenato llorón y cantamaluco) escuchando al renco Loyola cantar "El tigre de Masaguarito". ¡Ajúmalo, viento de agua!